domingo, 16 de noviembre de 2014

Béjart - Donn by Bejariana

Bolero

por Bejariana


"Él es para mí, más que muchos triunfos" M. Béjart

Existe una fotografía tomada en el Grand Palais, en 1989. En ella se ve a dos hombres abrazados, caminando, en sus rostros se deja ver, la profunda tristeza. La muerte cruza el destino de uno de ellos, pero acaso, ¿él no la esperaba? "Lo más importante que aprendí de la vida es a morir. Todos los días aprendo a aceptar un poco más mi muerte. Todos los días, por lo tanto, vivo un poco mejor.'' Jorge Donn, nació el 25 de Febrero de 1947 en Buenos Aires, tenía 7 años -un año antes de lo reglamentado- cuando ingresó a la Escuela de Danza del Teatro Colón, corría 1955. Se recibió con Mención Especial a los 16. Inmediatamente pasó a formar parte del cuerpo estable del Teatro, actuó en la compañía de Beatriz Ferrari, teatro musical, televisión y algunas publicidades. Se destacó en el papel de Puck en Sueño de una noche de verano con Esteban Serrador. Pero en 1963, su vida cambió para siempre, cuando conoció a Maurice Béjart.

“Fue lo mejor que podía sucederme en la vida” J.Donn

Maurice Béjart, había nacido el 1 de Enero de 1927, en Marsella. La necesidad de fortalecer sus músculos de niño, lo llevaron primero a la gimnasia y luego al baile, como parte de la recomendación médica hecha a su padre, el filosofo Gastón Berger. Su madre había muerto cuando él tenía 7 años y su adolescencia la vivió en un mundo en guerra, huyendo del peligro. Abandonó Marsella, viajó a Vichy y más tarde a París, buscando perfeccionarse. Su destino estaba escrito: montaría decenas de coreografías, recorrería el mundo con ellas, formaría dos escuelas y la gente lo aclamaría. Corría 1955 cuando estreno Sinfonía de un hombre solo, y con ella rompió los esquemas de una danza rígida y clásica, la contemporaneidad se abría paso en sus movimientos, en la naturaleza sonora que creaba para rememorar y transmitir, la soledad, el amor, y el universo de un hombre solo. “Quería simplificar y limpiar la danza -dijo mucho tiempo después- para que la gente vea una danza y proyecte en ella su propia vida”.
En 1963, por primera vez Maurice salió de gira fuera de Europa, se presentó en el Teatro Colón de Argentina con La consagración de la primavera, al terminar la puesta, un muchacho lo alcanzó, quiso saludarlo. “Lo atropellan los integrantes de la compañía que corren hacia sus camarines. Tiene el mismo aire un poco perdido que tenía yo cuando me aventuraba a meterme entre bastidores en la Ópera de Marsella -recordará Béjart en sus memorias- me habla en español. Tartamudea.” Le pidió permiso para asistir con una amiga a una de sus clases, mientras estuviera en Buenos Aires, el chico de rostro tierno y cuerpo delgado,  consiguió que el maestro se lo permitiera.

Eres demasiado joven” M. Béjart

Jorge fue acompañado por su compañera Beatriz Margenat. “Después de la clase no se va del estudio. Yo me quedo ahí para arreglar detalles con otros bailarines. Él nos mira. Cuando me quedo solo se aproxima. —Quiero irme con usted para ser parte del ballet”. Maurice no necesitaba un bailarín. “Me hace pensar en un niño-clown que hubiera terminado su número y se queda sentado al borde de la pista para ver llegar a la amazona, tan bella, con sus plumas y su malla de lentejuelas. —Estamos completos. Además, eres demasiado joven”, había reconocido en él las condiciones, pero no podía ofrecerle un lugar.  Beatriz fue contratada y partió con la compañía. Jorge quedó en Buenos Aires, con la ilusión intacta.

“Béjart se quedó frío al verme” J. Donn

“Después de la gira por América del Sur en 1963, salí de vacaciones, al volver encontré en el corredor, ante la puerta de vidrio de mi estudio, a un muchacho que yo ya había visto, ¿pero dónde? Si, ¡en Buenos Aires!” Jorge había pedido prestado el dinero a sus tíos para comprar el pasaje de ida en un barco llamado Charles Tellier hasta El Havre, en la costa noroeste de Francia y de allí tomaría el tren hasta Bélgica. Apenas unos meses después del primer encuentro, Jorge no dudo que debía ir tras su sueño. Luego del largo viaje, se las rebuscaba para sobrevivir, “tentando a la suerte, que la tenía -contó su hermano Aldo, al recordar ese tiempo- hacía dinero jugando al póquer o en el hipódromo, algo que siempre le gusto” hasta que pudo llegar a su sueño: la Compañía Ballet Siglo XX. Jorge evocaría siempre ese momento con una sonrisa “Béjart se quedó frío al verme”. “¿Qué hacía aquí?- pensó Maurice- No tenía aspecto de alguien que viene a saludar. Con la misma voz algodonada que en el Teatro Colón, me preguntó si habría un lugar para él. —Ha terminado el verano, comienza la temporada. En consecuencia, yo había pensado…” “—Te dije que no tenía trabajo para ti”. Pero Jorge insistió. Béjart recuerda como el pequeño temía mirar a su alrededor, para no demostrar que el entorno le resultaba totalmente nuevo. “Inclina la cabeza. Sabe que lo miro. Deja que lo mire. Va enraizando.” Y Maurice, no pudo negarse. “La clase va a comenzar. Le digo que vaya, que se quede, que ya veremos, que tendré que hablar con la administración. ¿Tiene zapatillas… tiene…? Lo tiene todo.”





Pronto la compañía se iba al Festival de Baalbek, en Líbano, dos bailarines se enfermaron  y allí Jorge tuvo su oportunidad,  logró el lugar de suplente. “Y Donn tomó el avión por primera vez. Todo el mundo lo llamaba “Chico”, en castellano, excepto yo que siempre lo llamé Donn. “Jorge” es más difícil de pronunciar para mí. Y no se le parece, Donn es él…”


“Casi siempre he amado a bailarines. No podría amar fuera de mi oficio” M. Béjart

“Amo identificarme, y amo identificarme con los hombres –dijo Béjart - al estudiar una partitura, intento convertirme en aquel que la ha escrito. Hago el amor sin descanso. (…) Sin un bailarín conmigo, ¿qué podría hacer que no fuera soñar despierto?”. Una vez que Jorge se instaló en Bruselas, en un departamento cercano a la escuela, comenzó su trabajo en la compañía. Béjart consideraba que su performace no era nada del otro mundo, y se había sentido  incluso defraudado con él “Me había engañado ¿O qué? ¿No era capaz de levantar a la bailarina más liviana de la compañía? No le dirigí más la palabra durante dos o tres meses.” Pero Jorge estaba dispuesto a convertirse en bailarín. Y pronto comenzó a hacer grandes progresos, que no pasaron desapercibidos a los ojos de su maestro. En una gran compañía, era difícil, aun para alguien con su genialidad, navegar entre las aguas de los celos. “Mousieur Béjart está encantado con los progresos del debutante”, no tardaron en alzarse las voces. Donn trabajaba sin descanso, en su disciplina de cuerpo y espíritu.  “Se inspira en él para crear nuevas coreografías. ¡Las hace especialmente para él!” Y Béjart lo elijé para su inolvidable Romeo y Julieta que crea con la música de Héctor Berlioz, se estrena el 17 de Noviembre de 1966. “Es que hay algo más. Béjart está enamorado”.




"La danza se hace de a dos, como el amor. Allí es donde se funde el creador y el intérprete" J. Donn

Desde ese momento Béjart creó para Jorge más de 30 obras, encarnaba en él sus ideas, modelaba sus coreografías en su cuerpo. El gran creador, había encontrado en su amor, también un creador. Ambos se entregaron a la danza con pasión arrolladora “Béjart me enseñó a bailar con muy pocas palabras. Debo ser el discípulo con el que menos habló. Un día se acercó hasta donde estaba practicando y me dio una bofetada. Ni siquiera me explico el por qué. Lo cierto es que yo entendí lo que me había querido decir. Desde ese momento comencé a aprender.”




"No habría que tener amores, habría que tener solo pasiones" M. Béjart

Aldo, hermano de Jorge recuerda la relación “No sé si era perfecto para Maurice lo que Jorge hacia, pero así parecía y cuando decía algo Jorge lo absorbía. Tampoco se callaba cuando creía que alguna debía ser diferente: eran los mejores y más profundos críticos el uno del otro.” Y su obra de mayor pasión llegó de la mano de Bolero, con música de Ravel. Béjart había creado la coreografía en 1961, y a pesar de la insistencia de muchos bailarines, jamás había permitido que un hombre la interpretara. Mientras realizaban una temporada en París, Maurice fue a ver a Jorge y le dijo que tenía una sorpresa para él. “Él siempre me hace sorpresas, así que no me extrañe”, “—¿Crees que podés bailar el Bolero?” “—Si vos crees que lo puedo hacer…lo hacemos, y así fue”. Poseído por la música, bailó y desbordó una sensualidad nunca vista. Fue el más extraordinario intérprete. “Tenía una fuerza de caballo –dijo años después Béjart– impresionante. Era capaz de dar un golpe dramático que conmovía al público. A veces tenía que frenarlo un poco. Pero la creatividad de Jorge rellenaba, engrandecía y hasta superaba mis coreografías.”


La vida íntima y profesional de Jorge Donn y Maurice Béjart estuvo unida por más de 20 años, en el transcurso de ellos ambos construyeron una sólida carrera. Béjart será reconocido como el más grande coreógrafo de la segunda mitad del Siglo XX, intelectual, visionario, director de cine, poeta y músico. Donn será recordado, como el bailarín que encarno el ideal béjartiano. El cuerpo formado con disciplina férrea, que alcanzaba la metamorfosis sobre el escenario. Admirado con devoción.

"Siento que recién empiezo. Y estoy dispuesto a empezar" J. Donn

En la ciudad de Lausana, en 1987, Béjart anuncia su separación. “Donn necesita independencia”. Pero maestro y discípulo, nunca pudieron separarse. Aun a la distancia, siempre estaban en constante contacto. En 1990, comienza su gira mundial de despedida artística y la lucha silenciosa con el SIDA. En sus últimos días, Jorgito como lo llamaba Maurice, eligió vivir en Lausana. Una vida intensa se apagaba. “En una relación entre dos hombres, sin que esta sea necesariamente sexual, puede surgir uno de los más altos grados de ternura”, Béjart nunca dejó de visitarlo en la Clínica y lo acompañó hasta 30 de Noviembre de 1992, con 45 años, Jorge Donn dejó de iluminar este mundo.



“Hacía frío, la calle estaba oscura. Él murió mientras apretaba su mano en la mía. En ella llevaba el anillo de bodas de mi madre que una vez le regalé. Era muy querido por mí ese anillo, que es la razón por la que se lo di a Donn. Y él estaba feliz de llevarlo, sabiendo los sentimientos que me provocaba. Él dijo, que tarde o temprano volvería a mí. Y no pude más que llorar”.

"En el fondo, en lo único que pienso, es en dar todo lo que pueda de mí" J. Donn

La misma noche de la muerte de Jorge, Béjart presentaba su nueva compañía la Béjart Ballet Lausana, más pequeña. Ya había decido retirar parte del repertorio porque Donn no estaría allí. “¿Qué tenía antes de conocer a Donn? Puse tres ballets que son importantes para mí, Sinfonía de un hombre solo, Consagración de la Primavera y Bolero, sin Donn, nunca me hubiera inventado…”.





"Pienso en él todos los días" M. Béjart

A partir de entonces en cada entrevista, Béjart recordó a quien había sido parte de su vida. “Morí a los 7 años en Marsella, morí al lado de mi padre en un accidente automovilístico, he muerto hace poco, en la habitación de una clínica de Lausana”. Quienes conocieron a Jorge, lo recuerdan como el joven introvertido y reservado, que acompañaba a Béjart, pero apasionado por lo que hacía. “Ante de ayer revisaba entre los papeles de Donn. Descubrí un libro que nunca me mostró. Las hojas estaban escritas con su letra rápida y torpe. Me sorprendió. A Donn no le gustaba escribir. Casi nunca respondió una carta. En respuesta a los cientos de mensajes de correo que le envié, él solo un par de tarjetas postales. Empecé a leer ese libro, página tras página, él me contestaba mis cartas. Escribió mucho para mí, y yo ni siquiera sabía…”. Aldo, hermano de Jorge, recordó como en los dos últimos años de su vida, aun a la distancia ambos seguían comprometidos. “Béjart y Jorge, en mi recuerdo y en sus vidas, están unidos”.



En 1997 el coreógrafo regreso a Argentina, con la obra El presbítero no ha perdido nada de su encanto, ni el jardín de su esplendor, en homenaje a Jorge y  Freddy Mercury, victimas tempranas de la misma enfermedad. Vestía de negro, como lo había elegido hacer los últimos años. “La muerte es la otra parte de la vida, no es su negación. Es algo terrible pero natural e inevitable. De Jorge podemos hablar mucho. Pienso en él todos los días.” declaró entonces. 
El 22 de Noviembre de 2007, a los 80 años, en Lausana, Béjart dejaría su lugar a Gil Roman*.

Se puede olvidar todo, pero el arte queda, es universal: son perennes la música de Mozart, la arquitectura de civilizaciones anteriores, la pintura de maestros como Da Vinci. La danza es como la relación que se establece entre padres e hijos. Es un legado que recibimos de los que nos antecedieron y así seguirá comunicándose, de una generación a otra. Nunca morirá, aunque los progenitores desaparezcamos”  M. Béjart





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(*) Gil Roman ingreso a la compañía Ballet Siglo XX en 1979. Renunció en cinco oportunidades y fue despedido por el mismísimo Béjart en otras tantas. Pero su amistad con Jorge Donn, quien siempre actuó de intermediario en la relación entre el coreógrafo y el bailarín, hizo que este permaneciera en la compañía. En 1997, Béjart recordó: “Jorge era muy generoso, una vez me dijo: El Adagietto yo quiero enseñárselo a Gil porque es el único que lo podría bailar después de mí. Así, Gil va a bailar el Adagietto en Buenos Aires; es el único que lo ha bailado después de Jorge, y eso porque él insistió en transmitirlo. Hay ballets que no quiero que nadie baile después de él”.





22 comentarios:

  1. "Tiene todo" me hizo estremecer de ternura, aunque no sé bien porqué...es sólo una frase, pero era también el comienzo de todo. El final me atravesó; las anécdotas del anillo y el librito te rompen el alma. Un amor bendecido. Gracias Bejariana!!!

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  2. tengo tanto que decir de esta belleza que acabo de leer, que realmente me supera y no se como decirlo. bellisimo. todo, la manera sutil en que se narra, las frases tan contundentes, tan reales de ellos, tan simples pero con tanto contenido. muy conmovida, me encanto. esa compenetración de ambos, creo que aquel que viva o sea testigo de una amor asi es privilegiado, pocas veces se ven amores asi. gracias.

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  3. Felicitaciones por esta sinopsis de la vida del genial Jorge Donn y de Maurice Bejart soy fan de Jorge de su arte es tan alucinante no tiene palabras que lo expliquen con justicia......GRACIAS...me encanto..majo

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  4. Se me llenaron los ojos de lagrimas diferentes veces, sintiéndome rozada por algo divino al solo poder leer de Ellos.
    En sus palabras, en tu sensibilidad, la inmensidad de este Amor, fuerte, tierno, creador: se reconocieron, se completaron y se acrecieron el uno con el otro, iluminando el mundo con su Arte.
    Lloré ... pero los Dioses, también, bajan la cabeza frente a Amores Así: Ellos siempre serán, la muerte nada puede.
    Gracias.

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  5. Increíble historia, deliciosamente contada, cada detalle, tan cuidado. Y ese video, por favor!
    TODO el Amor, resumido en el cuerpo bailando de Donn y la mirada azul de Béjart.
    Gracias enormes por el arte que crean.
    Mina

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  6. Hermosa historia Bejariana, impecablemente investigada y contada. De esas historias que a mi entender engrandecen la palabra amor. Me conmovió la testarudez y la voluntad de Jorge de ir detrás de su sueño y como, buscándolo encontró también el amor. Ni qué decir de la entrega de estos hombres que compartían su oficio, su pasión y lograron caminarlo juntos sin invadirse, sin concesiones y estuvieron juntos hasta el final y más allá de él. Coincido en que el arte es perenne y su legado de arte y de amor quedará para siempre. Gracias por tan hermoso regalo, un placer leerlo y releerlo! María Elena

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  7. Buenisimo felicitaciones

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  8. Muchas gracias por este espacio tan interesante, emocionante y posible. Que bueno saber de estos amores!!!, me encanta!!! En espera de muchos mas....

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  9. "Les Uns et les autres", una pelicula de la que tardé en recuperarme y creo la máxima expresión conocida de Donn y su coreógrafo Béjart. Pareciera que los vínculos que se establecen dentro del espacio del arte, son únicos y singulares, desbordantes de ternura. Una historia maravillosa, gracias Lili. Las imágenes impactantes. Marlene Rodríguez

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  10. "La danza se hace de a dos, como el amor. Allí es donde se funde el creador y el intérprete."
    Esperaba su historia, algo conocía, no mucho, pero sabía que las emociones que me provocaría serían dignas de las plumas que anidan en “nuestros” espacios.
    Gracias por esta historia. Gracias por AMORES ASÍ!!!

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  11. Amor y respeto al servicio de la escritura dan por resultado este bellisimo relato, felicitaciones!

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  12. Que mejor homenaje para esta pasión que redescubrirlos cada día un poco más, en todo su esplendor... Ay amores imposibles, sí, y otros imprescindibles, como este, para seguir creyendo en el amor. Por siempre, para siempre...

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  13. Solo un amor tan intenso como este podía crear un arte tan perfecto. Bellísima historia. Gracias por publicarla!!

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  14. Una bella historia de amor unida al arte. Bejart y Donn nacieron el uno para el otro, el maestro y el discipulo compartian la misma pasion por el arte y trabajaron bastante para darnos el mejor ballet del siglo XX. Tienes mucha sensibilidad para escribir, la vida de Jorge es digna de escribir una biografia y de llevarse a Hollywood, es un legado para la humanidad. Un gran amor, un gran bailarin, tremenda creacion Bejart-Donn. Nadie ha bailado e interpretado el bolero de Ravel como Jorge, yo lo veo casi todos los dias en You Tube, amo el ballet y Jorge se daba todo. Gracias por la historia.

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  15. Gracias por publicarlo, quien pudiese vivir un amor así correspondido...

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  16. Gracias por publicarlo, quien pudiese vivir un amor así correspondido...

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  17. Jorge. Lo que hizo fue Amar, Aprender, Vivir y dejar un legado. Un prodigioso artista a quién tuve la oportunidad de conocerle después de la premier de Los unos y los otros. Jorge lo optimizo y los maximizo su talento que lo llevaba adentro que Bejart, como Leonardo Da vince vio esa pasión y lo saco al artista. La foto que tengo con el fue en el Hotel Carton en Cannes. Cuando ví la película me impacto su modo de ejecutar los movimiento con alta precisión, parecía que iba contra la ley de la gravedad. El lo vivía el presente. Adiós Jorge, hace pocos días me enteré de tu muerte. Tu foto lo tengo en mi What´s. Estas como un tributo al encuentro que tuvimos.Me dijiste que eras Argentino. con un tono de amor a tu país. Nos encontramos como dos hermanos latinoamericanos. Porque yo soy Boliviano. Fuiste simple y sincero. Adios.

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  18. Realmente y profundamente conmovido poe este artículo tan rico en momentos narrados con tanto amor y simplicidad y hermosura de contenidos. Gracias mil por este momento sublime en contacto con Jorge Don , Maurice Bejart y el Ballet del siglo XX que fueron paradígmas de la danza en aquellos mis momentos de juventud y aprendizaje de bailarín bajo la dirección del maestro , amigo, hermano Oscar Araiz con el que desarrolle mi trabajo artístico desde lo más profundo de mi corazón. Gracias por este momento glorioso recordado con tanto amor, de uno de los adalides de la danza mundial , él fue, Jorge , nuestro idolo queriamos ser como él , pero ciertos niveles se alcanzan con un toque de divinidad que no todos tenemos. Gracias muchas gracias.

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  19. hay muchas formas de amar, la que acabo de leer es una de ellas, también las hay en silencio, con entrega profunda del sentimiento sin que el otro se entere (pero lo presiente y deja correr) despojado de egoísmos posesivos y encuentros fortuitos. Amar como el camaleón, con profunda pasión sin esperar nada ....de la otra parte.

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  20. Hola from Greece, wonderful article for two amazing artists, two divine spirits, two people who showed to the rest of us what means having the spirit of God inside us ... alive in the eternity, hoping to meet them someday and pay my respects to these magnificent souls ...

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