lunes, 24 de noviembre de 2014

García Lorca - Dalí by Nora M.R.

Será invierno y encenderemos lumbre

Por Nora M.R.




Figueres, 23 de enero de 1989.

Dicen que es un manojo de huesos. Un manojo de huesos duros de roer.
Treinta y cuatro kilos, el peso que necesita su exuberancia para desvanecerse.
El corazón de Salvador Dalí se detiene. Hace tiempo que rehúsa los alimentos. La muerte de Gala, siete años atrás, lo ha devastado.
En la habitación, Wagner suena con insistencia, quizás en la voz del joven marinero del barco de Tristán,  avizora el eco sentimental de la de un marinero andaluz.
 “El meu amic Lorca”.
Los ojos que imaginaron todos los colores ya no miran.
Mi amigo Lorca es la única frase que la enfermera asegura haber escuchado.





Residencia de estudiantes, Madrid, 1923.


“Tú eres una borrasca cristiana y necesitas de mi paganismo ( …)Yo iré a
buscarte para hacerte una cara de mar. Será invierno y encenderemos
lumbre. Las pobres bestias estarán ateridas. Tú te acordarás que eres
inventor y viviremos juntos con una máquina de retratar”.

Carta de Salvador a Federico
            

           


Salvador Dalí tiene diecinueve años cuando atraviesa por primera vez la puerta de la Residencia de Estudiantes. El primer centro cultural español, situado en la madrileña Colina de los Chopos, se destaca por albergar a los jóvenes en un clima de convivencia intelectual entre las artes y las ciencias.
Está por comenzar sus estudios en La Real Academia de Artes de San Fernando. Su elegancia y estilo victoriano impactan en los otros estudiantes. Melena larga con patillas, polainas y medias le aseguran ser el centro de todas las miradas mientras su trazo avanza firme y las pinturas se multiplican.
Aquí descubre  la fotografía, la ciencia, el cine. También es el lugar donde conoce a quien será el máximo exponente del cine surrealista español: Luis Buñuel.
 La leyenda asegura que “La persistencia de la memoria” se inspira en la teoría de la relatividad de Einstein, aprendida en la Residencia.
Sin embargo, otra fuente de inspiración lo aguarda en una de sus aulas.
Un muchacho de ojos ennegrecidos le corta el paso. Su nombre es Federico García Lorca. Ha publicado su “Libro de poemas”, ha fracasado con la obra teatral “El Maleficio de la Mariposa”, ha escrito “El poema del Cante Jondo” que sólo verá la luz muchos años después. Tiene  sólo veinticinco años y ya ha conocido a Manuel de Falla y a Juan Ramón Jiménez por quien siente una gran admiración. Pero es este joven dandy el que comienza a desvelarlo en las noches de luna blanca que tanto le gustan.
 La amistad amorosa comienza a  balancearse ante la mirada de un joven y celoso Buñuel; se desliza entre cartas y paseos, el intercambio de dibujos y poemas, confidencias en la noche iluminada.
Y la máquina de retratar que no para de arrojar esas pocas imágenes para el futuro.




Cadaqués , Semana Santa, 1925

                                            “Federiquito, en el libro tuyo ( …) te he visto a ti, la  
                                             bestiecita que eres, bestiecita erótica, con tu sexo y tus  
                                            pequeños ojos de tu cuerpo…

                                                          Carta de Salvador a Federico


En la Semana Santa de 1925, Salvador invita a Federico a pasar esos días festivos en la casa familiar en Cadaqués.
Dali se reconoce “demasiado burro” para entender la poesía, a pesar de ello, Lorca arremete con sus mejores armas para seducir a su enamorado, perdido entre su neurosis y el temido deseo.
Pluma y papel: Federico comienza a escribir la “Oda a Salvador Dalí” apenas concluyen los días de playa y sol, mostrándole de a poco al pintor los versos que lo tienen como objeto de deseo y seducción. Ansiedad, satisfacción, amor que no se atreve a volverse carnadura. Dalí desea con entusiasmo conocer la totalidad del poema que Federico le dedica. En 1926 se publica finalmente completo en “La Revista de Occidente”.

“ ¡Oh, Salvador Dalí, de voz aceitunada!/ No elogio tu imperfecto pincel adolescente/ ni tu color que ronda la color de tu tiempo,/ pero alabo tus ansias de eterno limitado”

Dalí se muestra deslumbrado con la potencia de los versos dedicados  pero confiesa que no entiende mucho los términos grandilocuentes que Lorca elige para regalarle su semblanza; sin embargo, el fervor de sus sentimientos está allí, al alcance de los ojos y puestos en el mundo, ofrecido con un estilo profundamente lorquiano. 


“¡Siempre la rosa, siempre norte y sur de nosotros!”

La relación entre ambos se nutre de cartas en las que intercambian experiencias vitales, poemas y dibujos, entre éstos se destacan sus visiones sobre la figura de San Sebastián.
Salvador envía a Federico una carta en la que incluye un dibujo del santo, contándole que lo identifica con él. San Sebastián es el patrono de Cadaqués y además la imagen de su martirio contiene referencias homoeróticas. Lorca reconoce en la figura del mártir pasión y sacrificio, mientras que Dalí ve en él una sensual pasividad.

“¡Deseo mon cheri, una muy larga carta tuya! …En mi San Sebastián te recuerdo mucho y a veces me `parece que eres tú…A ver si resultara que eres tú!...Pero ahora déjame que use su nombre para firmar. Un gran abrazo de tu San Sebastián”



Días de vino y rosas. Cadaqués, 1927


1927, el año para recordar: Lorca arriesga, muestra lo mejor de sí mismo, ofrece sus palabras como juego amoroso mientras Dalí se esfuerza por estar a su altura intelectual: esgrima verbal, sobreentendidos, erotismo que traspasa los límites de la amistad impuesta. Federico estrena  la obra teatral “Mariana Pineda” en el Teatro Goya de Barcelona con decorados de Dalí mientras avanza en la escritura de El Romancero gitano”, que será publicado al año siguiente.
La segunda estadía de Lorca en Cadaqués ocurre ese año.
En el pasaje a la deseada realización carnal del amor, Federico quema sus naves, avanza y ofrece su  cuerpo y deseo tantas veces expresado, pero Salvador no puede entregarse a él.
El distanciamiento es un hecho.
El nuestro fue” un amor erótico y trágico por el hecho de no poderlo compartir”, dirá Dalí muchos años después.



Luis Buñuel irrumpe durante este alejamiento;  con Dalí inician un trabajo en común del que nacerán dos obras maestras del cine surrealista: Un perro andaluz (1929) y La edad de oro ( 1930).
Lorca se siente ridiculizado por la primera y la define como “ una mierdesita así de pequeñita y el perro andaluz soy yo”.



“Genial, Genial Salvador Dalí.” Barcelona, 1935.


Se reencuentran en Barcelona, allí Federico realiza entrevistas, en una  afirma la naturaleza inevitable del vínculo que los une: espíritus gemelos. Siete años sin verse y la coincidencia es absoluta.
Genial, genial Salvador Dalí! Es su modo de decirle que el fuego sigue ardiendo, que la playa y el mar  aguardan en el atardecer de Cadaqués.

“Haces bien en poner banderines de aviso,
En el límite oscuro que relumbra de noche.”


 Muchos años después, Dalí no recuerda  ningún detalle de la nefasta noticia que lo atravesó el 18 de agosto de 1936.
-¿Dónde estaba? ¿Qué hacía? se pregunta.
  Es la memoria de la fatalidad que no persiste.
“Mi amigo Lorca.”
Sólo recordará que exclamó: ¡Olé!



Salvador y Federico:
"Cepa Andaluza" (Bulerias) por Paco de Lucía.






 Bibliografía consultada:

Gibson Ian, Lorca y Dalí, el amor que no pudo ser ( 1999)
Querido Salvador, querido Lorquito ( epistolario) ( 2013)
Oda a Salvador Dalí : http://www.poesi.as/fglo001.htm


4 comentarios:

  1. Una pregunta quema la garganta: ¿si hubieran compartido este amor cosa hubieran podido dejar a la posteridad?La rosa que no tomè.. A veces hace falta osar y no dejarse condicionar. Un relato muy prolijo, rico de miles matices. Leer ha sido un placer enorme. Gracias.

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  2. Tremenda cosa el amor, que atraviesa todas las historias, sin importar tiempo y forma, dejando el mismo brillo en los ojos de los enamorados, no?
    Hay un hilo conductor presente en cada uno de los relatos, que nos hace saborear al leer el mismo vibrar interior.
    Que no se acabe nunca! Gracias, hermoso Nora y Lilita, hermoso.
    Mina.

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  3. "Si muero, no moriré del todo" Dalí es, en mi pequeño mundo, la muestra de que el arte no siempre colma al artista y que el resto de los mortales sólo intentamos entender, sin nunca conocer el modo y la forma que se pretendió o quiso dar. Descubrir otros rasgos, gracias a la pluma de Nora realmente es un inmenso placer. Vivirlos así es todo un regalo. Gracias por otro Amor Así!!

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  4. Muchas gracias por compartir esta historia que sinceramente desconocía...Me encanto leerla y saber que amores así existen ,,..

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